Hacia un concilio macroecuménico

jueves, 19 de abril de 2012

Claves para leer el apocalipsis

Mucha gente no lee el Apocalipsis porque no le entiende y muchos otros porque les da miedo la cantidad de monstruos que aparecen en él.

Hay dos formas de hablar: una la que suele usar la gente que tiene estudios y que exige el uso de la inteligencia y otra la forma en que habla el pueblo que se expresa utilizando mucho la imaginación valiéndose de comparaciones y símbolos.

Podríamos decir entonces que el libro del Apocalipsis es como un libro de monitos que nos va hablar más con imágenes que con las ideas directas. Por lo tanto hay que descifrar las imágenes.


El Apocalipsis fue escrito por el año 95 en un ambiente en que las pequeñas comunidades de seguidores de Jesucristo eran perseguidas por el poder total del imperio romano.
El imperio romano rendía culto a muchos dioses y también al emperador y así se legitimaba una sociedad de desigualdades y de esclavitud.
Los seguidores de Jesús proclaman que hay un solo Dios Padre y que hay un solo Salvador, Jesús: que todos somos hermanos y que Dios está en contra de una sociedad idólatra y de desigualdades.


Apocalipsis significa Revelación o sea quiere quitar el velo que impide a los seguidores de Jesús ver que en el rigor de la persecución, Jesús resucitado está en medio de ellos.
Los intelectuales no dan mucha importancia a las imágenes y por lo mismo no logran entender lo que el autor quiere comunicar, mientras que el pueblo descifra muy bien el mensaje pues está acostumbrado a las imágenes
He visto a niños que no saben leer y que me explican una historieta de caricaturas. Con el Apocalipsis sucede algo semejante


La imagen que nos daría el sentido básico del Apocalipsis sería la de la mujer y el dragón, que representa la lucha entre el bien y el mal y en el caso concreto: la lucha de las pequeñas comunidades cristianas contra el imperio romano devorador.
Las imágenes feas representan la amenaza que están viviendo las pequeñas comunidades.
Las imágenes bonitas representan la forma en que el autor fortalece la esperanza de los seguidores de Jesús, la forma en que comunica consuelo y alegría en medio de la lucha.


El enemigo de la comunidad, el imperio no descifra las imágenes porque no las entiende y de esta manera el que escribe y sus lectores no sufren represalia por esto que dicen.
Las imágenes son comprendidas por las pequeñas comunidades porque forman parte de su lenguaje diario.


El Apocalipsis nos habla del pasado, pero no para que nos quedemos soñando, sino para que nos esforcemos por convertir en realidad ese sueño.
Comprender el Apocalipsis requiere una actitud contemplativa pues sólo mirando a fondo se percibe el rostro de Jesús Resucitado en medio de la tormenta de la persecución.
Comprender el Apocalipsis requiere apropiarnos del lenguaje del pueblo, descifrar las imágenes, comparaciones y símbolos.
Iniciemos la lectura. Se aceptan preguntas, dudas comentarios, réplicas etc.
CCR

sábado, 14 de abril de 2012

Rompamos las paredes, venzamos el miedo, Sigamos llevando la Buena Noticia

En nuestros días la misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios como Buena Noticia para los pobres, se encuentra estancada.
Una clara manifestación de esto son las víctimas de la situación actual que viven sin acompañamiento de los creyentes en Jesús
Nos encerramos, tenemos miedo porque no se nos enseñó a participar en la misión, por nuestra falta de preparación y por nuestros complejos de inferioridad o de culpa.
Y esto a pesar de que en el culto proclamamos y celebramos que Jesús ha resucitado y está vivo y presente entre nosotros

También los discípulos de Jesús para quienes se escribió el Evangelio de Juan, tenían miedo, estaban encerrados y estaban abandonando la misión de Jesús.
Tenían miedo pues los perseguían los jefes de la religión judía porque proclamaban que la salvación viene por Jesús y no por la observancia de la Ley.
Los perseguía el imperio romano, pues, a pesar de ser pequeñas comunidades, denunciaban la idolatría que llegaba hasta rendir adoración al emperador, y quitaban legitimidad a las enormes desigualdades sociales.
Antes los discípulos encerrados y llenos de miedo se hace presente Jesús y les saluda con el saludo de paz, que desea para ellos la abundancia de los dones de Dios y esto los llena de alegría.
Jesús se identifica mostrándoles las manos y los pies, con lo que señala que El está presente en aquellos que son perseguidos y crucificados por la Buena Nueva del Reino.
Les entrega ahora la tarea de continuar la misión que el mismo Jesús recibió del Padre, sopla sobre ellos y les da el don del Espíritu Santo.

Tenemos que vencer el miedo, tenemos que romper las paredes que nos encierran, tenemos que continuar la tarea del Reino: Ser hoy, aquí, portadores de consuelo y esperanza.
Necesitamos conocer a las personas más cercanas que necesitan de nuestro consuelo y esperanza, tenemos que acercarnos a nuestros vecinos, tenemos que reunirnos para hacer oración de modo que nos abramos a la fuerza del Espíritu Santo.
La unión es don del Espíritu Santo y es la unión, la que hace la fuerza
Propongamos diferentes de formas de reunión que nos hagan fuertes para continuar la causa del Reino, para llevar consuelo y esperanza a los que más lo necesitan empezando por los más cercanos.
CCR

jueves, 5 de abril de 2012

Viernes Santo

Nuestras celebraciones de este día fijan la mirada en el Calvario en el que contemplamos el dolor del Crucificado.
Nos llama mucho la atención el dolor y la sangre derramada, pero casi siempre nos quedamos mirando hacia el pasado y no nos atrevemos a mirar a los crucificados de hoy.
La globalización hace emerger, en nuestros pueblos, nuevos rostros de pobres, de nuevos crucificados, víctimas con Jesús de un sistema que oprime y que destruye la vida y la persona.
En este viernes Santo con especial atención fijamos nuestra mirada en los migrantes, las víctimas de la violencia, las víctimas del tráfico de personas, las víctimas de los secuestros, los desaparecidos y las familias de todos ellos.
En ellos se refleja el rostro sufriente de Jesús de Nazaret.

Contemplamos hoy a Jesús en la Cruz, pero tenemos que entender:
La crucifixión era la máxima pena que imponía el imperio. La cruz era un castigo tan denigrante que no se podía aplicar a quienes fueran ciudadanos romanos.
Solamente eran crucificados los enemigos del imperio, los presos políticos y los rebeldes capturados en guerra.
Jesús muere al estilo de los sediciosos y revoltosos, identificado con ellos.
El testimonio de Jesús hizo comprender a los discípulos que el camino de la cruz era, una manera radical de optar por la justicia y la paz y era el camino de oprobio y maldición.
La cruz obligó a los discípulos a cambiar de mentalidad y a ponerse de lado de todos los que así morían.
Ellos proponían como salvador de la Humanidad a un hombre que murió proscrito por la ley, pues su predicación anunciaba al "Dios crucificado".

María participó de la misma suerte de su hijo. El camino al Calvario exigió de ella y de todo el grupo de mujeres que seguían al Nazareno, la máxima resistencia ante el dolor y la humillación.
La presencia de María en el camino al calvario es consecuencia de un seguimiento valiente y decidido. María se hizo partícipe de la actividad misionera de su hijo.
De María de Nazaret no sólo debemos tener una figura idealizada; debemos recuperar la imagen que de ella nos ofrece el evangelio.
El Nuevo Testamento nos muestra a María como una mujer que crece en amor y fidelidad al reino de Dios.
Su voz se alza como una exigencia de justicia en medio de una situación en la que se ha perdido el sentido del respeto a la vida.

Hoy, María nos invita a comprometernos decididamente con la propuesta de Dios. Ella no dudó en dar una respuesta generosa a la oferta de Dios.
Las realidades cotidianas nos exigen una actitud diferente ante la realidad. No podemos dejarnos envolver únicamente por problemas ínfimos olvidando la situación de nuestra comunidad local.
Tenemos que contemplar a Jesús en los migrantes, las víctimas de la violencia, víctimas del tráfico de personas y secuestros y desaparecidos y las familias de todos ellos.
Pero la verdadera compasión de Jesús nos tiene que llevar a defender a las víctimas y a combatir las causas que generan estas situaciones. Para ello tendremos que actuar en forma organizada y en alianza con todos aquellos que persiguen objetivos similares
Al igual que María debemos estar atentos a la voz que Dios nos dirige en las situaciones que exigen nuestra solidaridad.
Nuestra devoción mariana debe crecer en la práctica de la justicia.
¿En qué comunidad o grupo nos vamos a integrar para hacer llegar la compasión de Jesús a todas estas víctimas? Busquemos caminos, formas de organización, unámonos a los que ya están luchando.
CCR

sábado, 31 de marzo de 2012

Un estilo diferente de ser Rey

En un clima de violencia y de inseguridad pública celebramos hoy el Domingo de Ramos y aclamamos a Jesús como Rey.
De ordinario celebramos a Jesús como a cualquier jefe de Estado que se pone por encima de los demás, que actúa en forma autoritaria, que está muy lejos del pueblo, que gobierna en beneficio de sus allegados, y que no tiene planes a favor del pueblo.
Esta manera de gobernar genera una sociedad desigualitaria que propicia un ambiente de violencia e inseguridad pública.
Nos preocupamos mucho por el culto al Rey, pero poco vivimos y hacer realidad en nuestra vida personal y social, los valores de su Reinado: El amor, la justicia, la paz, la verdad
En este momento de violencia y de inseguridad pública es contrario a la celebración de hoy, el proclamar a Jesús como Rey, sin una decidida opción por la paz con justicia

Hoy, Domingo de Ramos, nos encontramos con Jesús que es reconocido como Rey por el pueblo y condenado a morir en la cruz por los jefes de los escribas y los jefes de los sacerdotes.
Acompañan a Jesús los galileos, que han escuchado la Buena Noticia del Reinado de Dios. Son los pobres que han visto en Jesús al Dios con nosotros, que alimenta, sana y libra de la marginación, al que devuelve la dignidad y da la esperanza de un mundo nuevo.
Ellos reconocen a Jesús y lo proclaman bendito porque viene en el nombre del Señor. Lo hacen de forma espontánea tendiendo sus mantos y cortando hojas de los árboles de la orilla del camino
Jesús, a diferencia de los grandes de este mundo, monta en un burro, que es el animal que sirve al pueblo para sus actividades diarias
Por otra parte, los jefes de los sacerdotes, los escribas y los ancianos, en complicidad con Judas, han decidido dar muerte a Jesús por ser un hombre incómodo
• Porque no respetaba el sábado (Mc 2,27)
• Porque no observaba las normas de pureza (Mc 7,1-23)
• Porque modificaba la ley de Moisés (Mt 5,20-48)
• Porque se rodeaba de gente excomulgada (Mc 2,13-14
• Porque comía con personas de mala fama (Mc 2,15-17)
• Porque tocaba a los leprosos y a los muertos (Mc 1,41; 5,41).
Y varias veces las autoridades , a pesar de haber hecho varios intentos de apresarlo y darle muerte, no pudieron hacerlo por temor a la reacción de la gente.
Sin embargo en cierto momento Jesús hizo algo que colmó la paciencia de los gobernantes, y les brindó la oportunidad para acabar con su vida: La expulsión de los vendedores del Templo de Jerusalén por parte de Jesús.
Los jefes de los sacerdotes, los jefes de los escribas y los ancianos hicieron alianza entre ellos y con Judas para llevar a Jesús a la muerte en la cruz.

Con el pueblo y como el pueblo, reconocemos a Jesús como nuestro Rey, pero después de aclamarlo en el culto, nos comprometemos con nuestro Rey a vivir los valores de su Reinado y a luchar por la paz con justicia, mediante la denuncia profética de la injusticia y la propuesta de soluciones para construir la paz desde lo pequeño.
Esta celebración nos exige una lucha contra el poder económico, político e incluso religioso cuando son generadores de injusticia y desigualdad, porque ese poder sigue crucificando a Jesús en las víctimas de la injusticia y la desigualdad
Frente a la represión que suele acompañar a los defensores de los Derechos humanos a los que luchan por la paz, con Jesús y como Jesús busquemos en el compromiso (alianza) con el Padre y con la comunidad, la fuerza para continuar la causa de la paz con justicia.
Qué caminos proponemos? ¿Con qué personas o grupos vamos a hacer alianza para construir la paz con justicia que es la ley de nuestro Rey?
¿Dónde y con quién nos reuniremos para hacer una oración que fortalezca nuestra esperanza? Hagamos propuestas
Abril 01 2012
CCR

sábado, 24 de marzo de 2012

En la lucha por la paz con justicia Con Jesús venzamos el miedo

El esfuerzo por construir la paz con justicia significa enfrentamiento con los poderes que impulsan, legitiman o silencian la injusticia y la desigualdad que dan como fruto la violencia y la inseguridad pública.
Las víctimas de estos poderes tienen miedo pues se sienten sólos y desamparados, sin medios para enfrentar el grave peligro que entraña enfrentar el poder.
Hay necesidad de que los creyentes y la sociedad demos la cara por las víctimas, pero el miedo nos paraliza, nos encierra, nos vuelve individualistas y la obra de la paz con justicia camina muy lentamente. Evidentemente da miedo enfrentar el poder represivo.

El mismo Jesús vivió la experiencia del miedo:
Después de que devolvió la vida a Lázaro, el evangelio de Juan nos dice:
“Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: "¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación." (Juan 11,47-48). Desde este día, decidieron darle muerte. (Juan 11,53)
Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle. Juan 11, 57.
Jesús está consciente del peligro que le acecha, seguramente ha meditado el libro de la Sabiduría: “Pongamos trampas al justo, que nos fastidia y se opone a nuestras acciones; nos echa en cara nuestros delitos y reprende nuestros pecados de juventud.
Presume de conocer a Dios y se presenta como hijo del Señor. Es un reproche contra nuestras convicciones y su sola aparición nos resulta insoportable, pues lleva una vida distinta a los demás y va por caminos diferentes.
Nos considera moneda falsa y nos evita como a apestados; celebra el destino de los justos y presume de que Dios es su padre.
Ya veremos si lleva razón, comprobando cuál es su desenlace: pues si el justo es hijo de Dios, él lo rescatará y lo librará del poder de sus adversarios.
Lo someteremos a humillaciones y torturas para conocer su temple y comprobar su entereza. Lo condenaremos a una muerte humillante, pues, según dice, Dios lo protegerá." (Sabiduría 2, 12-20).
Declara por ello que ha llegado la hora de su glorificación es decir de enfrentar la experiencia de la muerte, que le vendrá, según San Juan, del poder de los que enseñan la ley y de los que presiden el culto, que reprimen a quienes no están de acuerdo con ellos.
Ilustra la necesidad de su muerte comparándola con el grano de trigo que tiene que morir en la tierra para que surja una nueva planta que dé fruto en abundancia.
Aclara que aquellos que por miedo a arriesgar la vida, se apartan de la causa del Reino y del testimonio de la paz y de justicia, van a perder la vida verdadera.
Mientras que aquellos que entregan su vida por la causa del Reino dando un testimonio de paz y de justicia tendrán la vida plena
Declara también que tiene angustia-miedo al enfrentar esta situación, pero se declara totalmente dispuesto a correr el riesgo. El padre lo respalda brindándole su apoyo
Más aún invita a sus servidores a que lo sigan para que estén donde El va a estar.
La fiesta de María que hoy celebramos nos tiene que recordar que ella es la mujer, que venciendo su pequeñez, de campesina nazaretana, y acompañada de otras mujeres, se coloca al lado de Jesús, crucificado por luchar por la justicia y la paz y víctima del poder político y del poder religioso.

Con el apoyo que el Padre brinda a Jesús y a nosotros, unidos a todos los que buscan la paz con justicia, con objetivos claros y estrategias eficientes, sigamos la lucha por la paz con justicia.
Propongamos actividades, formas de organización, conozcamos otras organizaciones, apoyemos
CCR

sábado, 17 de marzo de 2012

Jesús, Salvador De la muerte, del hambre y de la enfermedad,

En el momento presente la vida humana se ve en grave peligro: Grandes zonas de África Oriental se enfrentan a la peor crisis alimentaria del mundo.
Se calcula que al menos 15 millones de personas se encuentran amenazadas por la inseguridad alimentaria, debido en parte a un descenso localizado -pero significativo- de la producción agropastoril.
Esta crisis se debe a una combinación de factores, incluyendo la sequía, el fuerte descenso en la producción de cereales y su elevado precio; la escasez de forraje para el ganado, la reducción de las remesas de los emigrantes en diversos países, la degradación medioambiental, el desplazamiento de la población y una pobreza crónica agravada por la crisis.

Algunas de las principales enfermedades que afectan actualmente a los países en todo el mundo incluyen el VIH/SIDA, malaria, gripe aviar y tuberculosis.

Estas situaciones son producto de la injusticia y desigualdad, engendradas por un sistema que privilegia a los eficientes, productivos y poderosos, mientras que excluye a los débiles y faltos de poder.
Las soluciones, por lo tanto, tienen que ir a la raíz del problema, tienen que ser soluciones estructurales y no meramente asistenciales, aunque temporalmente urgen acciones asistenciales

Frente a esto las instituciones religiosas, incluída la nuestra, dedican gran cantidad de esfuerzos a rendir honor a las grandes personalidades, a realizar un culto suntuoso y a incrementar el número de adeptos.
Poco o ningún esfuerzo estamos dedicando a liberar a los hermanos del grave problema del hambre y de la enfermedad.

El evangelio que leemos hoy, nos presenta un encuentro de Jesús con la institución judía representada por Nicodemo. Esta institución ofrecía a los creyentes la salvación por medio de la práctica de la circuncisión, del cumplimiento de las leyes de pureza y la observancia del sábado.
Jesús le hace ver a Nicodemo que es Dios quien salva y no las instituciones, y que la salvación es fruto del amor de Dios por la humanidad, y que la salvación que Dios ofrece tiene como finalidad que la humanidad tenga vida sin fin.
Con esto, Jesús se declara en contra de todo lo que oprime a la persona y todo lo que conduce a la muerte: el hambre, las enfermedades, la exclusión, la falta de servicios primarios, la contaminación de la atmósfera etc.
Los creyentes tenemos que dar una respuesta a la oferta de vida que Dios nos hace: Tenemos que aceptar a Jesús El enviado del Padre, como el camino a seguir, tenemos que aceptar su palabra como fuente de esperanza y como norma de vida y su proyecto del Reino como nuestra práctica y nuestro estilo de vida.
Fundamentalmente tenemos que cambiar nuestra imagen de Dios, tenemos que dejar de ver a Dios como el que exige la observancia de leyes y costumbres tenemos que ver a Dios como el Padre que ama a todos y ofrece a todos abundancia de vida, tenemos que ver a Dios como el que quiere que nosotros, con Jesús, luchemos contra todo lo que impulsa u ocasiona muerte
Necesitamos profundizar en nuestra manera de entender y practicar la salvación de Dios, tenemos que entenderla y practicarla como un esfuerzo para que haya vida.
Tenemos que luchar contra todo lo que pone en peligro la vida de la humanidad: la vida de las personas, la vida de los animales, la vida de las plantas, la vida de la naturaleza toda, el agua, el aire, en fin todo lo que Dios creó

A pesar de todo hay esperanza, hay organizaciones que luchan contra el hambre y la enfermedad descubriendo y atacando sus causas: OXFAM http://www.oxfam.org/es, y Comercio justo http://www.comerciojusto.com.mx/ luchan contra el hambre y Médicos sin frontera contra la enfermedad http://www.msf.es/
A nivel más casero, más propio de nuestros barrios, tenemos que ser solidarios. Podemos organizarnos para que nadie en nuestra cuadra pase hambre, ningún enfermo o anciano este sin compañía.
¿Qué otras cosas se nos ocurren para hacer realidad el deseo de Dios de liberar al mundo de todo lo que lo está matando y para ofrecer a todos una vida sin fin?

sábado, 10 de marzo de 2012

Para una sociedad De igualdad, justicia y libertad Los 10 mandamientos

Muchos creyentes usamos los 10 mandamientos como norma de vida; pero solemos interpretarlos en forma individualista y con ello damos legitimidad al poder que oprime, que quita la libertad y crea desigualdades.

Nuestros templos, por su apariencia de grandiosidad y por la suntuosidad del culto, dan la impresión de riqueza y de comercialización. En los templos y en la actividad de la Iglesia se hace poco énfasis en la justicia, en la libertad y en la igual dignidad de las personas y poca o nula es la denuncia en contra de la violación de estos valores.

El redactor del texto Éxodo 20, 1-17, (que refiere la entrega de los 10 mandamientos), presenta como autor de esta ley a “Yahvé tu Dios que te sacó de Egipto, la casa de la esclavitud”
Al colocar la entrega de esta ley al pie del Monte Sinaí, que está en el camino que va de la tierra de la esclavitud a la tierra prometida, hace de los dies mandamientos, a la vez, una protesta y una propuesta.
Protesta contra de un proyecto de injustica, de esclavitud y de desigualdad (La sociedad egipcia). Propuesta para establecer en la tierra prometida un proyecto de libertad, de justicia y de igualdad.

En el pueblo de Israel el primer intento de construir un templo corresponde al rey David, que con ello pretendía legitimar sus actitudes imperialistas, poniendo al mismo Yahvé bajo su control, pues el templo a construir dependería del mismo David.

Sin embargo en la Biblia el templo se propone como lugar de Encuentro del Pueblo con su Dios y de Dios con su pueblo.
Con el correr del tiempo, hasta Jesús, el templo se convirtió en la sede del poder, no sólo religioso, sino también político y económico (En el recinto del templo se guardaban las grandes fortunas para el comercio nacional e internacional)
Los encargados del templo, los sacerdotes, controlaban todas las actividades que en él se realizaban, haciendo de él, el único espacio donde podían adquirirse las ofrendas para Dios. Esto producía un enriquecimiento para los sacerdotes y al mismo tiempo una explotación para el pueblo, y todo esto, en nombre de Dios.
Era por tanto, el templo, un símbolo del poder que exprime al pueblo en nombre de Dios.

Al realizar la purificación del templo, Jesús quita legitimidad al templo de Jerusalén y a los sacerdotes, a la vez que propone su propia humanidad como nuevo lugar de encuentro con el Padre y con los hermanos.

En el esfuerzo por vivir nuestra conversión personal, propia de la Cuaresma, es importante que vivamos los diez mandamientos como medios para vivir la justicia, la igualdad y la libertad.
Es importante que en nuestros grupos y comunidades revisemos nuestras relaciones, para que sean de justicia, igualdad y libertad y es necesario, que todos los que participamos en grupos de Iglesia, luchemos por construir una sociedad de justicia, igualdad y libertad.
Si nuestros templos son signo de la presencia de Jesús, es necesario que pongan de manifiesto la gratuidad de toda su obra salvadora, evitando las apariencias de comercialización y promoviendo que los que en ellos nos reunimos, vivamos la justicia, la igualdad, la hermandad y libertad.
Además los que participamos en el templo hemos de realizar alianzas con todas las personas, grupos y comunidades de buena voluntad, para construir una sociedad de justicia, igualdad y libertad.
Hagamos propuestas, busquemos los medios ¿Cuál tiene que ser el primer paso?
CCR